En una cacerola pequeña, combina la salsa de soja, el mirin y el sake a fuego medio. Lleva la mezcla a ebullición.
Reduce el fuego a bajo y agrega el azúcar y la miel. Revuelve hasta que el azúcar se disuelva por completo.
Ralla un diente de ajo y un trozo pequeño de jengibre fresco directamente en la mezcla. Continúa revolviendo.
Cocina a fuego lento durante unos 5 minutos, o hasta que la salsa se espese ligeramente.
Retira la salsa del fuego y deja enfriar antes de transferirla a un frasco.
Guarda la salsa de soja teriyaki en el refrigerador. Se puede conservar hasta por dos semanas.
Notes
Puedes ajustar la proporción de azúcar y miel según tu preferencia de dulzura. Úsala como aderezo para pollo, carne o verduras, o como marinada para platos a la parrilla. ¡Disfruta de esta versátil y sabrosa salsa en tus comidas asiáticas caseras!